Con tan sólo 21 años, y sin haber terminado aún la licenciatura de Ingeniería de Telecomunicaciones, el español Carlos Jiménez diseñó una aplicación capaz de doblegar al Viernes 13, uno de los primeros virus conocidos. Según su creador, aquel fue “el primer antivirus de la Historia” y así se le ha calificado. Pero en lugar de comercializar su invento, Jiménez decidió entregárselo al Ministerio de Hacienda, con la condición de que pusiera un total de 5.000 copias del programa a disposición de todas las empresas que lo solicitaran.
Ya en el año 1989, nada más acabar la carrera, se embarcó en la creación de su propia empresa con un compañero de clase, Javier Perea, como socio, les fue bien, puesto que la solución antivirus desarrollada por Anyware, que así bautizaron a la nueva compañía, fue premiada como la mejor de 1990. Tres años después, los jóvenes empresarios abrieron su primera oficina en California. La filial californiana de Anyware desarrolló el segundo antivirus más descargado de Internet entre los años 1995 y 1998.
Pero se dieron cuenta de que los antivirus no iban a solventar el problema de la multiplicación exponencial de los virus, por lo que decidieron vender Anyware a McAfee. Su socio ingresó en la multinacional estadounidense y, con el dinero de la venta, unos 11 millones de euros, Jiménez, junto con el equipo de I+D de Anyware, fundó Secuware, la compañía dedicada al desarrollo de aplicaciones de seguridad para ordenadores y teléfonos móviles.
Secuware es hoy un grupo de empresas muy destacado en su sector. Entre sus clientes, se cuentan instituciones y empresas de la importancia de El Corte Inglés, Telefónica, Endesa, el Banco de España o el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que en 1998 solicitó sus servicios para la protección de los ordenadores de la Administración, especialmente, los de los Ministerios de Defensa e Interior.