¿Alguna vez has pensado en bloquear las señales Wi-Fi a tu alrededor? Ya sea por seguridad, privacidad o simplemente curiosidad, controlar las conexiones inalámbricas cercanas puede ser muy importante para evitar ciertos hechos indeseados. En este artículo, hablaremos de cómo se puede lograr esto, pero siempre dentro del marco legal y ético.
¿Cómo controlar los dispositivos que se conectan a mi red Wi-Fi?
- Bloquea señales extrañas dentro de la configuración de tu router.
- En caso de que se cuelen en tu red, encripta tus datos y mensajes (existen servicios de mensajería encriptada con un extra de seguridad con respecto a las tradicionales).
- Limita los canales de comunicación en la configuración de tu router.
¿Qué es un ataque de interferencia?
Imagínate que estás intentando hablar por teléfono y, de repente, un ruido ensordecedor te impide escuchar a la otra persona. Algo similar sucede en el mundo digital con lo que se llama un ataque de interferencia. Este tipo de ataque tiene un objetivo claro: hacer que tu conexión Wi-Fi funcione mal o, incluso, dejarla completamente inutilizable.
Para lograr esto, se usan unos aparatos llamados jammers. Estos son como unos «gruñones» electrónicos que se dedican a emitir ruidos en la misma frecuencia que tu Wi-Fi. Así, estos jammers hacen que tus dispositivos no puedan comunicarse bien con tu router o punto de acceso Wi-Fi.
Hay diferentes tipos de estos ataques de interferencia. Algunos son como francotiradores, apuntando a una frecuencia muy específica (estos se llaman Spot o de banda estrecha). Otros son más como una bomba que afecta a un montón de frecuencias a la vez (los llamados barrage o de banda ancha). En ambos casos, el resultado es el mismo: tus dispositivos no pueden conectarse a la red.
¿Cómo se hace un ataque de interferencia?
El primer paso para quien realiza este sabotaje es elegir su objetivo: puede ser tu red Wi-Fi, tu teléfono móvil, tu radio, o incluso sistemas de comunicación más complejos como los satelitales.
Una vez que el objetivo está claro, el siguiente paso es escoger la herramienta adecuada para ello. Aquí entran en juego los jammers. Vienen en distintos tamaños y formas, y lo más importante, pueden operar en diferentes frecuencias. El jammer perfecto será aquel que pueda causar estragos en las frecuencias que usa tu dispositivo.
Ahora, este jammer se pone en marcha, configurado para emitir ruido justo en las frecuencias que tu dispositivo intenta usar para comunicarse. Dependiendo del tipo de jammer y su configuración, el ataque puede ser más generalizado o más específico. Los más comunes son los de banda ancha, que afectan a muchas frecuencias a la vez, y los de banda estrecha, que se centran en una frecuencia específica.
Una vez que el jammer está activo, empieza a transmitir señales de interferencia. Estas señales se mezclan con las legítimas, creando un caos comunicativo. Es como si en una conversación normal, de repente, alguien empezara a gritar con un megáfono. Las señales legítimas quedan bloqueadas, degradadas o completamente saturadas.
Los efectos de este ataque pueden variar. En algunos casos, puede resultar en una denegación de servicio (DoS), donde tus dispositivos simplemente no pueden conectarse a la red. En otros casos, la calidad de la conexión se ve gravemente afectada, lo que se traduce en una transmisión más lenta, pérdida de datos, o incluso llamadas telefónicas que se cortan.
¿Cómo controlar los dispositivos que se conectan a mi red Wi-Fi?
Los jammers, esos aparatos traviesos que buscan causar problemas, se enfocan en las frecuencias entre 2.402 GHz y 2.483 GHz para crear ese colapso de red. Sin embargo, a pesar de parecer siempre como un ataque malintencionado, también tiene intenciones «benévolas«:
- Los expertos en ciberseguridad a veces realizan estos «ataques» en un ambiente controlado. Es como hacer un simulacro de incendio para ver qué tan bien reacciona tu red y cómo puedes protegerla mejor.
- Otra razón podría ser para evitar que se cuelen intrusos en tu red. Imagina que alguien pone un punto de acceso falso en tu red, como un ladrón que se esconde en tu casa. Bloquear estas señales puede ayudar a mantener alejados a estos intrusos digitales.
- También se usa para proteger tus datos. En un mundo donde todo se transmite por el aire, asegurarte de que tus secretos no se escapan es muy importante. Es como ponerle una cerradura a tus mensajes para que solo lleguen a quien tú quieras.
- También puede usarse para evitar «gemelos malvados» Son redes falsas que se hacen pasar por la tuya para engañar a tus dispositivos. Limitar los canales de comunicación puede ayudar a evitar que estos impostores engañen a tus dispositivos.
Ojo porque bloquear señales Wi-Fi a propósito puede meterte en problemas legales y afectar a otras personas que no tienen nada que ver. Antes de hacerlo, consulta las leyes de tu país.
¿Cómo limitar el Internet a otros dispositivos?
Si deseas limitar el acceso a Internet de ciertos dispositivos, puedes hacerlo a través de la configuración de tu router. Muchos routers modernos permiten establecer controles parentales o limitar el ancho de banda para dispositivos específicos, lo que te da un mayor control sobre tu red.
Conclusiones
Bloquear señales Wi-Fi puede ser útil para proteger tu red y tus datos. Sin embargo, es importante hacerlo de manera legal y ética. Recuerda que el uso de jammers puede tener implicaciones legales y afectar a terceros. Por lo tanto, siempre debes seguir las normativas y contar con la autorización necesaria.